Hombros, rodilla, espalda… Cómo evitar las lesiones más frecuentes de los nadadores

Estamos de regreso a las actividades, aún con la nueva normalidad. Aunque en estado de pandemia son varias las restricciones que existen sobre ellas para evitar el contagio de covid-19, si somos prudentes y seguimos las normas establecidas, no tenemos porqué tener ningún problema. No hay excusas, por tanto, para reiniciarse en la práctica de la natación.

Aunque es un excelente deporte para cualquier persona, la natación está especialmente indicada en personas con sobrepeso u obesidad, ya que pueden realizar el ejercicio sin tener que soportar su carga de peso corporal, así como para las personas con problemas del aparato locomotor en la zona lumbar, caderas y extremidades inferiores.

 

Ahora bien, uno de los problemas con los que nos podemos encontrar en estos días de verano es la falta de práctica deportiva tras los meses de confinamiento. El doctor José Tabuenca, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, advierte en este sentido de que esta situación puede aumentar la posibilidad de lesiones, a pesar de que se trate de nadadores habituales. “De hecho, a nuestras consultas ya están acudiendo pacientes con lesiones tras el reinicio en el deporte. Los motivos son que durante la etapa de confinamiento o no se ha practicado deporte, o se ha cambiado la forma de hacerlo, ya que solo se podía realizar en el domicilio, variando su rutina habitual». En el caso de la natación, «la dificultad de reproducir los movimientos de crol o de la braza en seco puede incrementar la posibilidad de lesiones”, mantiene el traumatólogo.

En este contexto, el doctor recuerda que las lesiones más frecuentes entre los nadadores son las musculares, y sobre todo las que afectan a la cintura escapulohumeral, que incluye la zona de los hombros y la parte alta de la espalda, así como en las piernas y en la columna.

Pautas para volver a la práctica

Con la idea de evitar las lesiones, el doctor Tabuenca pide tener en cuenta a la hora de volver a nadar que una de las características de esta práctica deportiva son sus constantes movimientos repetitivos. “Por ello pueden provocarse más lesiones de lo que pensamos”, avisa.

En este sentido, defiende que el reinicio debe ser como en cualquier otro deporte tras producirse un parón: “Realizar ejercicios de musculación especifica para la natación, en la piscina proceder con un calentamiento previo, así como diseñar un plan de trabajo en el que se incrementen poco a poco la distancia, la intensidad y el número de días de práctica. Si es posible, no abusar de las palas, ya que pueden sobrecargar en exceso el hombro. Por supuesto, no debe olvidarse el realizar ejercicios de estiramiento al finalizar la práctica de la natación”.

También recomienda la puesta en marcha de ejercicios fuera de la piscina con la idea de ayudar a preparar el tono físico del nadador antes de la primera zambullida: “El motivo de porqué la natación se considera uno de los deportes más completos es porque participan la mayoría de los grupos musculares, aunque los que más sufren son los hombros, las rodillas y la columna. Por tanto, habrá que hacer fortalecimiento de todos los grupos musculares”.

El calentamiento y un programa de estiramientos son necesarios, así como el descanso entre entrenamientos o dentro de la propia sesión

Aquí, el traumatólogo remarca que los traumas del hombro representan un 60% de las lesiones que sufren los nadadores. Dentro de ellos, cita que el más habitual es el conocido como ‘hombro de nadador’ que se relaciona en un 80% de los casos con el estilo libre. “Lo más frecuente es que se produzcan tendinitis del llamado manguito rotador, unas lesiones que se incrementan por una técnica o un reinicio al deporte inadecuado. Por tanto, la mejor forma de prevenirlas es corrigiendo la técnica o lo que hemos comentado tras tener un parón en la práctica deportiva”, insiste el especialista.

En cuanto a las lesiones de rodilla, el doctor Tabuenca sostiene que estas serán más frecuentes en nadadores a braza. “Se producen repeticiones constantes de una amplia patada con la rodilla en rotación externa provocando un dolor crónico en la parte interna de la rodilla. Se recomienda hacer hincapié en la técnica, así como calentar de manera adecuada para que el músculo entre en calor”, concluye el experto.

Desde la Semed apuestan por que ese reinicio en la natación se haga de acuerdo con las posibilidades de la persona, que sea progresivo y con una hidratación adecuada. El calentamiento y un programa de estiramientos también son necesarios, así como el descanso entre entrenamientos, o incluso dentro de la propia sesión de natación.

 

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